La ciencia que salva vidas en pandemias, que aborda el cambio climático, que innova, afronta desafíos sociales y nos permite comprender el universo o analizar nuestra historia es un patrimonio crucial en el actual marco geopolítico y económico
Por ello vemos con gran preocupación la propuesta de cerrar el CONICET y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y de privatizar la ciencia y la tecnología en la República Argentina.
Un país no hace ciencia porque es rico, sino que es rico porque hace ciencia. La buena ciencia requiere del apoyo de los gobiernos como saben muy bien las grandes potencias científicas de Europa, Estados Unidos y Japón. Argentina cuenta con una institución emblemática, productiva y de gran prestigio internacional como es el CONICET. Construir el CONICET ha requerido 65 años de esfuerzo continuado.
CONICET es la mejor institución de investigación de un gobierno latinoamericano según el Ranking de Instituciones Scimago y el segundo entre todas las instituciones de investigación en la región después de la Universidad de São Paulo. A nivel mundial, CONICET ocupa el puesto 141 entre 8084 instituciones académicas, científicas y gubernamentales dedicadas a la investigación. Tirar por la borda la excelencia científica del CONICET es empobrecer a la Argentina. Es defraudar a la Academia y a la humanidad.
Cerrar el CONICET y privatizar la ciencia supondría el mayor tiro en el pie que puede darse el equipo que afronte el nuevo Gobierno de este país.
Firmado:
Dr. Fernando Valladares
Profesor de Investigación del CSIC (España) y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Premio Jaume I, 2021.
