Comenzaron a usar las primeras 500 unidades que funcionan con aire comprimido y permite desactivar una amenaza a 20 metros de distancia
Durante una visita al barrio Belgrano junto a vecinos, el jefe de Gobierno porteño, acompañado por el ministro de Seguridad, Waldo Wolff, y el secretario de Seguridad, Diego Kravetz, indicó que las pistolas estarán disponibles para los agentes a medida que reciban capacitación para utilizarlas. Hasta el momento, hay 385 efectivos preparados para su uso, y en octubre estarán en funcionamiento las 500 pistolas Byrna disponibles.
“Seguimos incorporando tecnología que nos permite actuar frente a distintas formas de delito o de enfrentamiento con delincuentes, es parte de nuestra política integral de seguridad. La mayoría de los efectivos que tienen las Byrna patrulla zonas comerciales donde hay mucha gente”, explicó Jorge Macri.
Las pistolas Byrna, de color naranja, pueden disparar distintos tipos de proyectiles, ya sean cinéticos sólidos, químicos u orgánicos. Por ejemplo, proyectiles que, al impactar, se fragmentan y liberan una sustancia similar al gas pimienta. Su propósito es incapacitar temporalmente o disuadir a una persona que represente un peligro para las víctimas, los policías o para sí misma. Para la Policía de la Ciudad, estas pistolas son una herramienta que permite neutralizar situaciones peligrosas sin recurrir al uso de armas de fuego.
“Las pistolas Byrna son parte de nuestra prioridad de más equipamiento para nuestra policía, más herramientas para detener delincuentes y más seguridad para los vecinos”, dijo Waldo Wolff.
Las pistolas Byrna se complementan con las Taser, que generan una descarga eléctrica contra el posible agresor. Las Taser están diseñadas para operar en espacios reducidos y tienen un alcance de aproximadamente cinco metros. Al ser disparadas, lanzan dardos conectados por cables que transmiten una descarga de 400 voltios durante cinco segundos. En la actualidad, la Policía de la Ciudad cuenta con 90 pistolas Taser, tras haber adquirido recientemente 30 unidades, y se espera que para fin de año se sumen otras 100.
“Trabajamos para que cada vecino y visitante pueda vivir y sentirse más tranquilo. El trabajo y el compromiso del equipo de gobierno y de la Policía de la Ciudad es constante. Siempre vamos a perseguir el delito y a estar del lado correcto: el de los vecinos”, agregó el jefe de Gobierno.
Alineación en estos temas con el gobierno nacional, la administración de Jorge Macri se enfocó inicialmente en eliminar los cortes de calle, piquetes y otras ocupaciones del espacio público, como los asentamientos de personas sin hogar. Estos operativos de “orden” generaron una gran polémica con organizaciones de derechos humanos, ONG y sectores de la oposición.
Posteriormente, se desplegaron 1.000 policías adicionales a los más de 18.000 que ya patrullan la Ciudad. Para fin de año, se espera contar con más de 20.000 agentes en las calles porteñas, gracias al ingreso de nuevos efectivos formados. Otro aspecto clave en materia de seguridad es la expansión del sistema de videovigilancia, que ya cubre el 75% de la Ciudad de Buenos Aires y permite una respuesta más rápida y eficaz desde los cuatro Centros de Monitoreo Urbano.