En que está el boleto universitario en la Ciudad

Una ley aprobada, una promesa incumplida y una espera que ya lleva 251 días

El 12 de diciembre de 2024, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó por amplia mayoría una medida que prometía alivianar el bolsillo de miles de estudiantes del nivel superior: un boleto estudiantil gratuito para quienes asistan a instituciones públicas o con subvención estatal total. Pero han pasado 251 días desde esa votación, y la medida aún no fue implementada.

El beneficio contemplaba 96 viajes mensuales gratuitos en colectivos, subtes, trenes y premetro, para estudiantes que vivan en CABA y acreditaran ingresos familiares menores a $1.500.000. La condición era clara: hasta cuatro viajes por día, de lunes a sábado, coincidiendo con los días de cursada. Sin embargo, a pesar del respaldo legislativo – incluido el de sectores oficialistas, el Gobierno porteño sigue sin poner en marcha la medida, y miles de estudiantes continúan pagando el costo completo del transporte.

“No tuvimos ninguna respuesta por parte del gobierno. Pedimos reuniones, presentamos notificaciones, nos movilizamos a Uspallata y nada. Incluso presentamos un amparo judicial, que fue favorable, pero el boleto sigue sin aparecer”, denuncia Priscila Vitale, estudiante de Psicología en la UBA y presidenta de la FUBA.

La Justicia porteña dictó una medida cautelar que ordena al Ejecutivo implementar el boleto para estudiantes que cumplan con los requisitos. Pero la respuesta oficial fue una apelación. Según fuentes del Gobierno de la Ciudad, la medida tiene una “considerable complejidad operativa”, ya que depende de la articulación con las instituciones educativas. De las universidades contactadas, sólo la Universidad de la Ciudad y la Universidad de la Defensa respondieron, afirman desde el Ejecutivo.

Mientras tanto, el segundo cuatrimestre ya comenzó y los estudiantes siguen esperando. “Muchos deben elegir en cuántas materias anotarse, o agrupar todas sus clases en un solo día, porque entre el viático y la comida, el gasto es insostenible”, explica Vitale. La diferencia entre viajar gratis o pagar el pasaje más básico – que rara vez es el que se usa – puede superar los $500 por tramo. En un contexto de inflación sostenida, esta cifra es determinante.

“El boleto estudiantil es una herramienta clave para garantizar el acceso a la educación pública. Sin él, hay estudiantes que directamente no pueden estudiar”, agrega. Consultado por Tiempo de Belgrano sobre una posible fecha de implementación, el Gobierno porteño fue tajante: “No hay fecha”.

La falta de respuestas concretas, la demora frente a un mandato legal y la ausencia de voluntad política para garantizar un derecho básico como la educación expone una desconexión preocupante entre las decisiones legislativas y la ejecución del Ejecutivo. Mientras tanto, quienes deberían ser beneficiados por la ley —los estudiantes— siguen cargando con un costo que, para muchos, ya no pueden asumir.

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