El Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo es usado para fines no deportivos lo que genera indignación y cuestionamientos de los deportistas hacia las autoridades
El CeNARD, emblema del deporte olímpico en Argentina, enfrenta una alarmante crisis. Atletas y entrenadores alertan sobre el deterioro de sus instalaciones, un lugar que debería ser el corazón del alto rendimiento deportivo. En lugar de priorizar el desarrollo de nuestros deportistas, el espacio se destina a actividades ajenas, como la reciente realización de una exposición de autos, dejando en evidencia una preocupante falta de compromiso con el futuro del deporte nacional.
La reciente exposición de vehículos, realizada sobre una pista de atletismo en deplorable estado, generó una comprensible indignación entre los atletas. Este tipo de eventos no solo contradicen la esencia del CeNARD, sino que agravan el deterioro de una superficie diseñada exclusivamente para el entrenamiento deportivo. Mientras tanto, actividades clave como el torneo nacional de taekwondo y el campeonato de tenis de mesa continúan desarrollándose en un contexto marcado por estas controversias.
Las críticas no se detienen allí. Los deportistas señalan las precarias condiciones del hotel donde se alojan, mientras las instalaciones deportivas, desde la pista de atletismo hasta las canchas de hockey, muestran los efectos de años de abandono y desidia. Esta situación refleja una alarmante falta de compromiso por parte de las autoridades responsables con el desarrollo del deporte nacional y sus atletas.
El uso del CeNARD para actividades ajenas al deporte olímpico genera serias dudas sobre la gestión de este espacio emblemático. Eventos como exposiciones de autos, que no tienen relación con el objetivo del centro, deberían realizarse en lugares más adecuados, como La Rural o el Autódromo, evitando así dañar un lugar fundamental para el desarrollo deportivo del país.
En este contexto, el reclamo de los atletas adquiere mayor urgencia: el CeNARD debe recuperar su esencia y enfocarse exclusivamente en el alto rendimiento. Restaurar sus instalaciones y garantizar un uso adecuado no es solo una cuestión de principios, sino una necesidad para preservar la competitividad del deporte argentino en el escenario internacional.