Los vecinos en alerta y con la mirada sobre el límite al Código urbanístico
La empresa Argencons se quedó con la última manzana disponible en Bajo Belgrano, una de las zonas más codiciadas de la Ciudad de Buenos Aires, pagando 46 millones de dólares en una subasta pública, casi un 120% por encima del valor base. El plan de la desarrolladora: construir alrededor de cien viviendas de lujo, consolidando un patrón que preocupa a vecinos y especialistas en urbanismo.
El gobierno nacional continúa así con la venta masiva de tierras que considera “prescindibles”. Desde 2024, se estima que más de 40 propiedades en territorio porteño serán subastadas, siguiendo la línea de operaciones récord, como la venta en Palermo de más de 4 hectáreas por 127 millones de dólares. Ambas transacciones tienen un denominador común: Eduardo Costantini, propietario del Malba y creador de Nordelta, quien controla el 51% de Argencons desde junio. La concentración de estas operaciones en manos de un solo actor vuelve a poner en el centro el debate sobre acceso, especulación inmobiliaria y planificación urbana, y genera alerta entre los vecinos de Bajo Belgrano.
La manzana subastada está en el corazón del barrio, aunque una pequeña porción —la comisaría vecinal 13, en Juramento y Artilleros— continuará operando. La semana pasada, los residentes realizaron un abrazo simbólico al predio, reclamando que el espacio se transforme en plaza pública, tal como sugirieron durante la audiencia vecinal. “Fue un pedido del barrio, pero no fuimos escuchados”, lamentó Liliana, de la Asociación Vecinal Bajo Belgrano.

El proyecto de Argencons evita la construcción de torres, cumpliendo en parte con la modificación del Código Urbanístico U23, votada en 2022, que limita la altura de las edificaciones y prohíbe englobar parcelas. Sin embargo, los vecinos advierten que las empresas aún pueden solicitar “convenios urbanísticos” al Ejecutivo porteño, lo que permitiría aumentar la altura a cambio de aportes económicos o construcciones de uso público, con aprobación legislativa y audiencia pública incluida.
A sólo cuatro cuadras del predio, Argencons ya opera con su marca de lujo Quartier, que acumula 22 torres construidas, dos en obra y una en suscripción, en Buenos Aires y Punta del Este. Aunque el proyecto actual prevé menos viviendas, la percepción vecinal es de invasión al corazón del barrio y de presión sobre la planificación urbana tradicional. “Nos convocaron a una reunión para mostrar lo que harán, pero seguimos en alerta”, advirtió Liliana.
Este episodio refleja un patrón preocupante: la venta acelerada de tierras públicas, la concentración del desarrollo inmobiliario en pocas manos y la dificultad de los vecinos para incidir en decisiones que transforman su entorno, en nombre de proyectos que priorizan el lujo y la especulación por sobre la vida comunitaria y el interés público.

