Comenzó la demolición de la exfábrica de muebles Barthel

Demuelen la histórica exfábrica Barthel para dar paso a un nuevo emprendimiento inmobiliario
Contaba con protección histórica integral

La Ciudad de Buenos Aires volvió a ser escenario de un nuevo conflicto entre la preservación del patrimonio arquitectónico y el avance del negocio inmobiliario. Este miércoles comenzó la demolición de la exfábrica de muebles Barthel, un complejo neocolonial con más de un siglo de historia ubicado en la calle Ramón Freire 3055, en el barrio porteño de Coghlan.

El edificio, fundado en 1921 por Enrique Barthel, albergó durante décadas una de las primeras mueblerías de la zona. Contaba con oficinas, talleres de carpintería, lustre y tapicería, además de patios, galerías y techos a dos aguas característicos de su época.

Desde el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC) denunciaron la demolición y recordaron que existía una medida cautelar ratificada por la Cámara que frenaba los trabajos, aunque el tribunal decidió levantarla tras un dictamen pericial. “Un edificio histórico más queda a merced de la especulación”, advirtieron desde la organización en un comunicado difundido junto a un video que muestra el inicio de las obras.

El predio permaneció abandonado durante varios años hasta que, en 2022, fue adquirido por un desarrollador privado. Según el proyecto aprobado, el plan contempla la construcción de cinco edificios de cuatro pisos con terrazas, piscina y departamentos de dos a seis ambientes. Más del 70% del inmueble original será demolido; sólo se conservarán la fachada y la puerta principal sobre la calle Freire, que se integrarán al nuevo complejo.

Fuentes de la Dirección General de Patrimonio porteña habían señalado previamente que la protección edilicia otorgada “resguarda la fachada, la tipología y los elementos básicos que definen su estructura, permitiendo modificaciones que no alteren su volumen”.

La familia Barthel tuvo una fuerte impronta en el desarrollo del barrio. Además de la mueblería, Enrique Barthel impulsó en 1928 la textil Sedalana, que llegó a emplear a más de 1.700 obreros, y participó en la construcción de la parroquia Santa María de los Ángeles, inaugurada en 1933. Con esta nueva demolición, se reaviva el debate sobre la falta de políticas efectivas para proteger los edificios históricos de Buenos Aires frente al avance del mercado inmobiliario.

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