Los 15 años de la linea H de subtes

De unir cinco estaciones ha pasado a vincular doce

El 18 de octubre de 2007, fecha de la que hoy se cumplieron 15 años, la línea H del Subte era habilitada al público.

Fue una fecha histórica para el transporte porteño: era la primera vez en 63 años que se ponía en funcionamiento una nueva línea de Subte. La última vez que algo así había ocurrido fue cuando se inauguró la línea E, el 20 de junio de 1944.

La línea H, en realidad, ya había tenido una primera inauguración algunos meses antes, el 31 de mayo de 2007. Se trató, no obstante, de un acto más bien simbólico -sólo se dieron por inauguradas las obras, pero no se habilitó el servicio- y políticamente teñido por la proximidad de las elecciones para Jefe de Gobierno de ese año.

La ceremonia oficial de habilitación de la línea, estuvo encabezada por el Jefe de Gobierno saliente, Jorge Telerman -su sucesor, Mauricio Macri, ya había sido electo-, quien estuvo acompañado de su secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, del entonces secretario de Transporte nacional, Ricardo Jaime.

El proyecto de la línea H, había comenzado a tomar su forma definitiva en la segunda mitad de la década del 90, como proyecto emblema de la intendencia de Fernando de la Rúa, primera tras la autonomía porteña. Tras algunos años a la deriva luego de perder el manejo del Subte con la privatización (desde 1994 la red estaba concesionada a Metrovias), cuya supervisión dependía del Estado nacional), Subterráneos de Buenos Aires (SBASEadquirió durante ese tiempo, bajo la presidencia de Alejandro Nazar Anchorena, un perfil orientado a la extensión de la red. Bajo este concepto, se completó la extensión de la línea D a Belgrano (ejecutada por etapas entre 1997 y 2000) y se iniciaron los estudios o las licitaciones para las extensiones de las líneas A, B y E.

El primer tramo de la línea H, entre las estaciones Once y Caseros, que es el que quedó habilitado en octubre de 2007, fue construido en el plazo de seis años.

La línea H constituía todo un hito: se trataba de la primera nueva línea de Subte en casi 70 años y la primera línea concebida para atender al sur profundo de la Ciudad, integrando a barrios que hasta ese entonces no estaban conectados al Subte.

Los trabajos comenzaron apenas meses antes de la salida de la convertibilidad. En diciembre de ese año, una grave crisis política, económica y social barrería con el marco y los supuestos sobre los que se había asentado el proyecto. Sin embargo, las obras nunca se interrumpieron. En medio del default y el cierre del acceso al crédito que enfrentaba el país, los trabajos fueron financiados íntegramente con recursos del Tesoro porteño y de la ley nacional 23.514 (Fondo Permanente para la ampliación de la red de subterráneos).

Vale recordar que no era el único frente de obra en marcha por esos años: mientras se construía el primer tramo de la línea H también avanzaban los trabajos de extensión de las líneas A y B.

A 15 años de aquella inauguración del primer tramo de la línea H, la situación del Subte parece completamente estancada. No sólo están paralizadas las obras de extensión en esta línea, sino que tampoco queda ningún frente de obra de nuevas estaciones en ningún otro punto de la red, situación que ocurre por primera vez en casi medio siglo. Hasta los planes a mediano plazo están frenados: la licitación de los estudios de la línea F fue dada de baja luego de haber sido postergada en 14 ocasiones.

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