El primer refugio climático de la Ciudad es el Jardín Botánico

El Jardín Botánico Carlos Thays, situado en el barrio de Palermo, fue seleccionado como el primer refugio climático de la ciudad de Buenos Aires. Esta distinción se debe a que, tanto en su interior como en sus veredas, tiene en promedio 4.8 ºC menos que las temperaturas registradas en sus alrededores. El reconocimiento fue entregado por la Agencia de Protección Ambiental, perteneciente a la Secretaría de Ambiente porteña.
Esta noticia no hace mas que reafirmar la importancia que tiene la conservación de los espacios verdes y la necesidad de incrementar en ellos y en cualquier lugar disponible la cantidad de especies arbóreas, que son la única alternativa para mitigar las elevadas temperaturas que se están registrando año tras año en la temporada estival.
El Jardín, inaugurado en 1898, constituye un espacio verde de 7 hectáreas, con más de 6 mil especies de árboles y plantas autóctonas. Por este motivo, ofrece condiciones ambientales confortables y frescas que permiten protección durante los eventos de temperaturas extremas, que serán más frecuentes debido al cambio climático.
En los últimos 60 años, la ciudad de Buenos Aires registró un aumento de la frecuencia y duración de eventos climáticos extremos, como por ejemplo las olas de calor que, según lo establecido por el Servicio Meteorológico Nacional, se presentan cuando la temperatura mínima supera los 22°C y la máxima los 32.3°C, al menos por tres días seguidos.
Parte de esta situación se debe claramente a la perdida de espacios verdes en manos de mas y mas cemento y al relleno de la costa, que aleja al rió de la ciudad, no permitiendo ejercer su papel de equilibrio.
Durante la temporada estival 2022-2023, entre los meses de noviembre y marzo, se vivieron en Argentina diez olas de calor. En tanto, en la ciudad de Buenos Aires se experimentaron cinco y el verano más cálido desde que se tienen registros.
Las olas de calor representan un riesgo para la salud, debido a que frente a temperaturas extremas el cuerpo tiene que esforzarse para mantener su temperatura interna. Esto puede traer, como consecuencia, mareos, deshidratación, desmayos, o agotamiento. Las personas mayores, niños/as, embarazadas y la población con enfermedades preexistentes son más vulnerables a sufrir estos efectos.
Por eso son importantes los refugios climáticos que son espacios que le brindan a la población un lugar confortable y fresco durante eventos de temperaturas muy altas. Pueden ser sitios cerrados como escuelas, bibliotecas o centros comunitarios, pero mucho mejor son los abiertos como parques y plazas.
El Jardín Botánico representa una excelente opción de refugio debido a que registra menos temperatura que la informada por las Estaciones Meteorológicas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en otros puntos de la Ciudad.
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