La dirigencia entrante habla de deterioro, canchas rotas y muchas irregularidades
El Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, no es el que era antes, el que les ofrecía a los deportistas la función para lo cual fue construido. Es verdad que de a poco se va levantando, intenta empezar a caminar. Basta hablar con los atletas y dirigencia -el miércoles hubo una reunión de las autoridades entrantes con los representantes de las distintas federaciones del país-, realizar una recorrida, ir al baño del tercer piso del edificio de oficinas, pasar por el comedor y más etcéteras para darse cuenta que en los últimos años la casa de los deportistas de elite argentina se vino abajo.
Entre los ítem deficitarios que los deportistas -sobre todo- enumeraron, se destaca la pista de atletismo “quebrada”, techos rotos de los baños, la pileta con problemas en las bombas, pérdidas y una caldera que de un día para el otro -en un fin de semana no hace mucho-, se rompió “sola” y debieron comprar una nueva; vestuarios sin agua caliente, falta de luminaria en el camino que lleva de las canchas o el comedor al hotel…
En fin, estructura y servicios básicos en retirada, lejos de las condiciones básicas para el entrenamiento de un deportista. Paradójicamente con la disciplina que practicaba la secretaria de Deportes anterior, Inés Arrondo, al consultorio médico y kinesiológico de Las Leonas les faltaban vidrios externos y había algunos rotos, la solución fue reemplazarlos con cartón. Así funcionó durante mucho tiempo, parte por falta de gestión y, quizá también, del reclamo de las usuarias. Hoy ya tiene vidrios nuevos y ploteados.
Todos estos inconvenientes estructurales no son nuevos, pero algunos deportistas lo hicieron público recién en los últimos meses, como Luciano De Cecco, ya con esta nueva dirigencia al mando. “El Cenard está en una debacle importante. Es el corazón para todos los deportistas que entrenamos ahí. Bancamos las buenas y las malas, pero hoy son más malas que buenas. Es nuestro espacio, nuestro lugar y es el único que tenemos, no hay ni agua caliente”, explicó el 1° de julio el capitán del seleccionado de vóley, uno de los dos abanderados olímpicos junto con la Rocío Sánchez Moccia.
El problema comenzó cuando, desde el espacio que ocupaba el Tiro Federal, lindante con el Cenard, comenzaron con la construcción del nuevo restaurante, oficinas, cocheras, etc. El polvillo, cemento, cal y demás volaban llevados por el viento y aterrizaban en la cancha, generando un pastón sobre esta.
Sobre la mencionada cancha, si uno le pasaba el dedo, se le pintaba de gris cemento. Hoy no luce perfecta, como antes, pero sí mucho mejor que el año pasado, se puede entrenar. Es parte de los primeras refacciones que se están haciendo con el poco dinero disponible, falta mucho.
En cuanto a otras reparaciones, se está arreglando el auditorio -estaba inutilizado-, que en su fachada no luce más el nombre de Presidente Perón, porque, como la mayoría de las paredes del edificio, fue pintada de blanco. Además se renovó el piso de la cancha donde se entrenan el vóley y el handball.
Nítidamente falta bastante, como reparar y cambiar aires acondicionados, inodoros, agregar más luces de las que se cambiaron, modernizar el sistema lumínico, aggiornar el predio. Y, algo que preocupa: la seguridad. Los alambrados perimetrales, en varias zonas prácticamente están derrumbados y se puede entrar al predio con solo levantar un pie un poco más de lo normal al caminar. Además, falta gente de vigilancia.
Lo que se pudo arreglar con el dinero disponible se hizo, pero la nueva encargada de Infraestructura está realizando un “master plan” para determinar prioridades. Incluso, se supo que Garro empezó a buscar financiamiento privado, y hasta llegó a hablar con el dueño de un hipermercado para que invirtiera en los arreglos. El tema es que la contraprestación no es pareja. Por ejemplo, está prohibida la cartelería publicitaria, ya que una ley no lo permite.
Respecto a ese tema, en la cara externa de las paredes del Cenard que daban a la Lugones, había cartelería con publicidades que no iban a las arcas del Cenard. ¿Quién se beneficiaba? No se informó, pero esos carteles ya no están.
También, según infiere gente de la nueva gestión, se encontraron con personas que no forman parte del plantel de deportistas habituales, pero igual usaban las instalaciones del Cenard como si lo fueran. Tanto el imponente gimnasio cerca de una de las tribunas (de lo mejorcito que se mantuvo) como la pileta olímpica. Como cuando uno paga y va al gimnasio del barrio, “gente de adentro” del Cenard cobraba el pase al gym y a la pile, incluso se habló de un arreglo por debajo de la mesa directamente con un club de la zona. Insólito. Prohibido, por supuesto.
Ya yendo un poco más fino, pero con la misma temática, el programa de computadora en donde debían estar registrados los clubes que cuentan con subsidios de Deportes nunca pudo operarse. Se llevaron las claves. Por eso se debió contratar a un especialista externo para tratar de reconstruirlo de alguna manera. Tampoco dejaron los celulares que pertenecían al organismo
Como en la mayoría de las reparticiones estatales, por orden del presidente Javier Milei, se recortó la planta laboral. De 80 empleados se echó a 34, mayoría de los que no se le encontró funciones. Igualmente, la mitad fue reincorporada.