Los mercados de pulgas en Buenos Aires son considerados como paseos exclusivos, no sólo para adquirir obras de arte que están perdidas en el tiempo, sino también para renovar casas, departamentos, oficinas, locales, negocios y jardines. Y, también, para hacer un paseo distinto.
El Mercado de Pulgas abrió sus puertas en 1988 y funcionó durante 18 años consecutivos hasta diciembre de 2005, fecha en que se mudó a un predio cercano. En 2011 fue reinaugurado en su emplazamiento original, en las calles Álvarez Thomas y Dorrego. La estructura y los puestos fueron totalmente renovados, se instalaron luces nuevas y se construyeron mejores accesos y dársenas para estacionamiento.
El Mercado de Pulgas es un punto de interés característico del barrio de Colegiales, justo donde termina la zona de Palermo Hollywood. Funciona en un gran galpón donde se pueden encontrar todo tipo de curiosidades- muebles, pinturas, esculturas, mármoles, bronces, cristales, piedras, joyas, platería, porcelanas, música, instrumentos, vestimentas, etc.- y donde se destacan las antigüedades en mobiliario, obras de arte y objetos de todas las épocas y estilos.
Por allí desfilan todo tipo de personajes, entre la fusión de bohemia y objetos de calidad, como en un gran cambalache: tarotistas, vendedores de sifones de vidrio, en medio de locales del ‘70 con ofertas que incluyen desde lámparas hasta muebles y objetos de valor. Está ubicado en un predio inmenso, techado, con baños y confiterías para tomar lo que se desee y descansar después de tanto caminar. 150 locales provocan y evocan sensaciones del pasado, de la niñez: hay recuerdos allí y aquí, curiosidades que despiertan la memoria.
Hay 5 sectores definidos por zonas de colores y 6 locales sobre la calle Enrique Martinez denominada «el paseo de los Artesanos». Además de la venta al público de productos se ofrecen servicios de restauración. En el caso de los muebles, se hacen trabajos de pulido, encolado y lustre de las piezas. Es recomendable ir con tiempo para disfrutarlo a pleno.