Personal de la División Robos y Hurtos, perteneciente a la Superintendencia de Investigaciones de la Policía de la Ciudad, llevó adelante tareas para esclarecer dos robos cometidos en una semana a inmuebles de Colegiales
Lo curioso de estos casos delictivos guardaron relación y tuvieron como denominador común a los mismos delincuentes, con la hija de ambos damnificados, con problemas de adicción de estupefacientes, como la “entregadora” de información y datos clave para cometer los ilícitos.
El primero de los hechos ocurrió el 4 de mayo, cuando un hombre, tras despedir a su hija, fue sorprendido en su departamento de Zabala al 2400 por cuatro ladrones armados, que lo golpearon y le robaron joyas de oro y plata, dinero en efectivo, electrodomésticos, indumentaria deportiva, bebidas y otros elementos de valor.
Ocho días más tarde, la exesposa de la víctima, domiciliada en Palpa al 2300, al llegar al inmueble se encontró con las instalaciones revueltas, con el faltante de una caja fuerte, la cual estaba amurada en la pared de un placard y en cuyo interior había medicación psiquiátrica, pasaportes y documentos varios, joyas de oro y plata y perlas, 100.000 pesos, dólares y varios juegos de llaves.
La dependencia policial tomó intervención de los casos y recabó gran cantidad de cámaras públicas y privadas de ambos domicilios, observando en las pertenecientes al edificio de la calle Palpa, que, durante la jornada del robo, la hija de la damnificada ingresó al departamento con cuatro hombres con comida, simulando dirigirse a almorzar. Minutos más tarde, se los observó retirándose del lugar con bolsos cargados de objetos.
Continuando con las tareas investigativas, se comprobó que los delincuentes de ambos hechos reunían similares características fisionómicas. En consecuencia, con la anuencia del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Número 2, a cargo del doctor Manuel Gorostiaga y ante la Secretaría 107 del doctor Ignacio Blanco, se intensificaron las tareas para dar con los cuatro delincuentes y con la hija de ambos damnificados. Fue así como el magistrado actuante dictó tres órdenes de allanamiento en simultáneo dentro de la Ciudad de Buenos Aires para detener a los delincuentes y a la “entregadora”.
En el domicilio de Aguilar al 2500, se dispuso el secuestro de 416.000 pesos y dos teléfonos celulares; en Llerena al 2600, en momentos en que los efectivos se disponían a ingresar al inmueble, fueron avistados desde la terraza por tres masculinos, que intentaron darse a la fuga por los techos, haciendo caso omiso a las advertencias del personal policial. Las autoridades pudieron detener a un joven de 23 años, con antecedentes de robo agravado con el uso de armas, y en la vía pública a su compañero de 25 años. El tercer sujeto, de 22 años y con prontuario de homicidio, intentó huir, pero al realizar un operativo cerrojo en la zona fue arrestado y al estar herido por la caída en altura, fue derivado al Hospital Tornú.
En el domicilio, los efectivos incautaron una caja rígida porta arma, conteniendo en su interior llave de seguridad de arma de fuego, 3 cajas de telgopor y 2 bolsas con medicamentos varios, una netbook de color gris y rosa, un celular y una tablet gris. Sobre la vivienda ubicada en Donato Álvarez al 100, se procedió a la detención del cuarto delincuente involucrado, con antecedentes por robo, falsificación de documentos y atentado y resistencia a la autoridad, además de incautarle un teléfono celular. Por su parte, la “entregadora”, hija de la expareja y víctima de los robos, fue reducida en el cruce de las calles Acevedo y la avenida Warnes, quedando todos los involucrados a disposición de la Justicia.